TRABAJO POR LA CIUDADANÍA

TRABAJO POR LA CIUDADANÍA
Prof. Filiberto Castillo

viernes, 29 de mayo de 2009

Conducirse con verdad

Estado y ciudadanía tienen una relación indispensable e insoslayable. El estado tiene grandes responsabilidades con nosotros los ciudadanos. Una de ellas es tratar los asuntos públicos fundados en la verdad. Hoy quiero señalar que el discurso dirigido por el estado a los ciudadanos debe estar fincado en la verdad. El tiempo que vivimos en estos meses antes del 5 de julio, se presta a faltar a esta condición básica de la convivencia ciudadana. Los ciudadanos lo que menos queremos es nos digan mentiras y menos por quienes ejercen o pretenden tomar el poder. Si hablamos del Estado éste es el primero que debe conducirse con la verdad. Como ciudadanos debemos exigirlo en nuestro medio social y político. Nos enteramos que en muchos círculos sociales se acostumbra mentir con mucha facilidad y por cualquier cosa. Sin embargo como ciudadanos estamos en el derecho de exigir a nuestras autoridades decir la verdad, y conducirse con ella en los asuntos públicos y en su vida privada, es lo menos que esperamos del ejercicio de una responsabilidad tan seria. Pero antes de exigir a otros decir la verdad, creo que nosotros debemos empezar por tomar esa responsabilidad. Decir la verdad implica un compromiso y un riesgo que a veces no estamos dispuestos a correr. Decir la verdad es una responsabilidad. Ortega y Gasset pensador humanista en uno de sus libros, La meditación de nuestro tiempo, comenta que “la fe en la verdad es un hecho radical de la vida humana”. Por lo tanto, no podemos abandonar esta empresa de creer que la verdad es parte de una vida normal y honesta. ¡¡No!! La fe en la verdad implica confianza y como consecuencia se construye una sociedad más equilibrada y más justa para todos. Así pues, trabajemos por decir la verdad y por la coherencia en nuestra vida. Esta es una buena cuestión que deberíamos pedirles a todos aquellos que hoy se nos presentan como candidatos a elección popular. Nuestras calles están llenas de fotos de candidatos con sus propuestas que pueden ser viables o no, pero sería muy bueno que como ciudadanos responsables exijamos la verdad en esas propuestas y la congruencia de su trabajo con los compromisos que van adquirir con los ciudadanos, quienes están cansados de mentiras y de verdades a medias.
Hasta aquí termina mi comentario y Muchas gracias, por Una ciudadanía con responsabilidad. (comentario Radiofónico radio ACIR, 11.30 de A.M., con fecha 19 de mayo de 2009)

jueves, 28 de mayo de 2009

Vivir como ciudadano implica el encuentro con “los otros”

Vivir como ciudadano implica el encuentro con “los otros”
El ser humano necesita de los demás para subsistir, esta es la ley de la vida. No podemos vivir sin los otros. Ya entre los griegos se decía que el hombre no puede vivir aislado, que una necesidad fundamental del ser humano era estar en la Pólis. Vivir en la ciudad conlleva vivir las consecuencias de “estar” o “soportar” a los demás. Como en estas dos semanas anteriores donde hemos sentido a veces como una amenaza estar con los demás, hemos tenidos que protegernos para no contagiarnos. Pero la vida sigue y tenemos que aprender a vivir con esta situación. ¿Pero, por qué debemos soportarnos los unos a los otros? NO es que “debamos” es que no tenemos otra alternativa, como diría Paul Sartre “el infierno son los otros”. Sin embargo nosotros podemos cambiar esa situación de ser un infierno a ser algo más benigno y llevadero. De hecho lo cambiamos frecuentemente.
Vivir con los otros implica entrar en relación positiva o negativa. Sería conveniente que este tipo de relaciones estuvieran más orientadas hacia lo positivo. Sin embargo la realidad es que el ser humano se complica tanto que la mayoría de las veces genera más relaciones negativas que positivas. En consecuencia esta convivencia puede ser imperfecta o tan complicada que no la podemos sobrellevar. Es por esta razón que el ser humano se organiza y llega a crear las leyes y los reglamentos para gobernarse.
De aquí la necesidad de un Estado gobernante. El estado es creado por nosotros para servirnos y para ocuparse de aquello que nosotros, como individuos no podemos hacernos cargo. El Estado nos gobierna para que nosotros seamos libres y estemos seguros en la Pólis. Nosotros cedemos parte de nuestra gobernabilidad a un grupo de personas. Aristóteles en su libro sobre la “Política” decía:
“Todo Estado es, evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece ser bueno. Es claro, por tanto, que todas las asociaciones tienden a un bien de cierta especie, y que el más importante de todos los bienes debe ser el objeto de la más importante de las asociaciones, de aquella que encierra todas las demás, y a la cual se llama precisamente Estado.” (Aristóteles, La Política, De la sociedad civil. De la esclavitud. De la propiedad. Del poder doméstico. Libro I.)
El Estado debe velar por los intereses de esa asociación llamada pueblo, quien posee la gobernabilidad por naturaleza.Por lo tanto más nos vale que como sociedad, tengamos presente que todos vamos buscando el bien para todos, dirían otros “El bien común”. El cual muchas veces no tiene nada de común para todos sino para unos cuantos

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