TRABAJO POR LA CIUDADANÍA

TRABAJO POR LA CIUDADANÍA
Prof. Filiberto Castillo

martes, 23 de junio de 2009

Un voto cualitativo más que cuantitativo

Hoy quiero comentar en este espacio aquello de que la democracia vale porque se cuentan los votos y los votos son expresión de la ciudadanía.
El ciudadano no tiene otra forma de hacerse escuchar que expresando su opinión. La opinión no es escuchada pero sí se toma en cuenta a través de un número. Cuando la democracia se reduce a un simple número sin contenido es una pobre democracia. EL VOTO expresa la voz del pueblo. Esta es la parte cualitativa de la democracia.
El día de la elección próxima un grupo de ciudadanos es invitado a cuidar la casilla electoral, donde un conjunto de ciudadanos expresará su preferencia electoral. El ciudadano es aquel que vive en la ciudad y quien trata de vivir de acuerdo a una civilidad o civismo. Expresar el voto es una expresión de civilidad. No se debe llegar al poder a través de actitudes incivilizadas. Por lo tanto debemos utilizar el medio más adecuado entre gente civilizada. Expresar nuestra opinión mediante el voto es una muestra de educación civilizada y nosotros acostumbramos hacerlo a pesar de que del otro lado, los representantes de la partidocracia se comporten como gente incivilizada. Como ciudadanos debemos exigirles que se conduzcan con actitudes adecuadas a su cargo y responsabilidad.
La democracia cuando los partidos sólo buscan el número. Claro para ellos es muy importante, pues de eso depende su existencia y su permanencia en el juego político. Debemos hacerles llegar el mensaje de que la importancia no sólo está en el número por el cual se mantiene su plataforma política. La importancia del ciudadano es lo que debe conducir su trabajo y el ejercicio del poder que desempeñan en nombre de la ciudadanía.
Hace algunos años decían los políticos aquella frase de que “las urnas hablan” y sí es cierto, las urnas hablan y expresan el sentir de los mexicanos. Sin embargo los candidatos hoy, parecen no querer escuchar al pueblo al que van a servir. El pueblo expresará varias quejas y necesidades que deben ser escuchadas.
El voto nulo o la anulación de la boleta electoral, así como elegir a un candidato no registrado, expresa el sentir del pueblo elector, ¿cómo leerlo? De varias maneras.
Como expresión del cansancio de los electores por escuchar más de lo mismo. Se comprometen a tal o cual cosa y al fin caen en lo mismo que nos han hecho todos los anteriores.
Como expresión del fracaso de las políticas públicas que no han sido dictadas en beneficio de la población y ciudadanía, sino como velo protector de intereses partidistas o de grupos de élite.
Como expresión del deseo de un cambio de fondo. Para que cumplan mejor la responsabilidad a la que se comprometen. No podemos seguir haciendo lo mismo, es preciso que generen nuevas formas de hacer las cosas.
Como expresión de la ambición del poder de los grupos partidistas para conseguir el mayor número de votos para mantener su registro, pero no ven a México en su opción política, sólo ven su parcela de intereses.
El voto tiene una voz, tiene un lenguaje que hay que saber interpretar. Los partidos deben aprender a leer el mensaje oculto y demandante que la ciudadanía expresa a través de las urnas. No es que simplemente dejemos o no de votar, es necesario hacerles llegar el mensaje desde el México profundo y olvidado.
Y como todo se vale en época de elecciones, el escenario o circo político está a todo lo que da. Personajes importantes y de gran poder se presentan a través de la televisión y en la escena pública para ganar posibles electores que les otorguen los votos lo que necesitan para mantenerse en el poder y seguir con su trabajo político. Estamos escuchando y viendo de todo en este escenario. No nos dejemos envolver con tanta información, pensemos y reflexionemos con calma la decisión de nuestro voto. Este es el carácter cualitativo de la elección, el cual está presionado por el cuantitativo, o sea cuántos votos ganará cada instituto político para decir que tiene aceptación en el escenario ciudadano del cual sólo usted y yo somos los dueños.
Hasta aquí termina mi comentario y Muchas gracias Felipe y Saludos a tu auditorio y hasta la próxima. Si desea mandarme un comentario puede visitar mi blog. Búsquelo en internet en la dirección: http://ciudadaniaconresponsabilidad.blogspot.com/
Y envíe su comentario y construyamos una mejor ciudadanía con responsabilidad.
(Comentario Radiofónico radio ACIR, 11.30 de A.M., a las 8:55 a.m. con fecha 23 de junio de 2009).

lunes, 22 de junio de 2009

ciudadanía un compromiso diario.

He comentado en mis anteriores intervenciones en este programa acerca de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos de este país. La ciudadanía con responsabilidad nos lleva a expresarnos de mucha maneras: a través de nuestra opinión en los debates públicos, en los momentos en que somos invitados a participar, hoy sobre todo por los candidatos a elección popular, que deambulan por nuestras comunidades buscando que les demos nuestro voto, también participamos de manera directa cuando somos requeridos para ejercer nuestra responsabilidad ciudadana a través de la atención de una casilla electoral como secretarios o presidentes. En fin, los ciudadanos estamos comprometidos y deseamos que esta elección que es nuestra oportunidad para expresarnos sea histórica. Y es histórica como expresión ciudadana, porque se ha estado manejando esta nueva elección con una ley de medios que más nos ha complicado la elección que ayudado a mejorarla.
Esta nueva ley de medios que aprobó la cámara de diputados, ha complicado hoy las elecciones próximas, pues los partidos no pueden expresarse libremente en público y tampoco los ciudadanos privados podemos expresar una opinión libre de cuestionamiento o exigencia a los candidatos o partidos porque se considera algo ilegal, es decir estamos coartados por esa misma ley. Por ello han abundado ahora las expresiones de rechazo y de ataque entre los partidos por otros medios, como el internet y otros recursos a su alcance.
Una ciudadanía con responsabilidad exige que los que van a gobernar un municipio o como diputados locales o federales, tengan propuestas claras y convincentes. Sólo basta con pasearse por las comunidades del valle de Toluca y en la misma ciudad para comprender que no hay propuestas serias y que convenzan a la ciudadanía. Nosotros estamos listos para ejercer nuestra responsabilidad y exigir que se cumpla lo que los candidatos nos van a proponer. Pero la realidad es que no hay una propuesta viable, lea usted qué dicen las pancartas de cada candidato y ninguno se compromete a nada. Sólo frases evasivas y palabras huecas que a nada los comprometen. Mientras por otro lado, la ciudadanía se debate en medios de una situación económica que se complicada cada vez más. Debemos exigir que ese voto que vamos a expresar en las urnas próximamente, tenga un mensaje a los partidos para que volteen a vernos como es el país que somos, con carencias y con necesidades tan graves, como la seguridad pública y la educación cuya solución vemos más lejana cada día, pero con potencialidades y cualidades como ningún otro país,
Algunos medios a nivel nacional están proponiendo que expresemos nuestro voto NULO, para hacer ver que la ciudadanía está harta de malas propuestas y de que los candidatos cambian sólo de puesto, pero no de propuestas. Cambian de puesto como cambian de coche. Pasan de diputados a presidentes y de ahí a otra responsabilidad, pero la ciudadanía necesita ver resultados no las mismas caras. El voto nulo como ciudadanos no es la mejor opción. Pero tenemos que hacer ver a través de nuestras palabras y de nuestras protestas por el voto que no estamos contentos con nuestra democracia. Que necesitamos crear un nuevo sistema donde los ciudadanos podamos participar libremente y no como ahora estamos, coartados y atados por las leyes que nos rigen en esta circunstancia.
Como el dios Jano de los antiguos, la ciudadanía y el civismo poseen una doble cara. Ni la una ni el otro, sin embargo, están libres de contradicciones. La interacción humana engendra siempre tensiones de poder o influencia, y ello a su vez produce en quienes entran en ella esfuerzos por persuadir y convencer, órdenes que unos dan a otros y que son, o no, atendidas. Afloran así obediencias y desobediencias. Con nuestra participación multipliquemos las obediencias y las protestas cuando sea necesario, exijamos que se cumpla lo positivo que se nos promete.
Simultáneamente, la convivencia produce reglas --costumbres- que presiden tales situaciones y que unos respetan y otros violan. Luchemos porque estas reglas de la convivencia ciudadana en las elecciones sean respetadas y todos procuremos en la medida de lo posible expresarnos en forma directa y contundente con nuestro voto.
El compromiso con la ciudadanía implica que seamos conscientes no sólo de nuestra responsabilidad social sino también de nuestra responsabilidad al ir a las urnas
Hasta aquí termina mi comentario y Muchas gracias, por Una ciudadanía con responsabilidad. (comentario Radiofónico radio ACIR, 11.30 de A.M., a las 8:55 a.m. con fecha 9 de junio de 2009)

viernes, 5 de junio de 2009

El contenido del civismo

Hoy quiero comentar algunas ideas que tiene conexión con el tema de la semana pasada. Me refería al tema de cómo debemos conducirnos con una actitud de civilidad y comentaba que el civismo es un estado del ciudadano por el cual entabla relaciones con los demás.
La noción de civismo al que me he referido, posee dos acepciones. La más corriente, y que todo el mundo entiende de buenas a primeras, es la de conducta correcta y respetuosa entre propios y extraños, la cual incluye los buenos modales, la buena educación. A veces se reduce a la necesaria convivencia cívica que entraña respeto a los demás: por ejemplo el motociclista que pasea por las calles de una población con el escape abierto de su moto y despierta con su escándalo a los ciudadanos que descansan; el excursionista que hace fuego en el bosque y lo deja lleno de inmundicias; el funcionario que contesta de mala manera a las consultas del público, son considerados justamente como ejemplos de falta de civismo.

Un detalle que vivimos frecuentemente nos lleva a pensar en esto. Por ejemplo en algunos bancos nos mantienen horas esperando en las filas sin la atención correcta y además haciendo diferencias o discriminaciones de condición o nivel de personas, esto también es una falta de civismo. Todos tenemos el mismo derecho a ser atendidos y no sólo aquellos que tienen una cuenta preferente o especial en un banco. Yo considero que como ciudadanos todos debemos ser atendidos de igual manera, ¡es nuestro derecho! En general cuando esto sucede nos quedamos callados y soportamos estas actitudes contra el público que acude a esos servicios. Los ciudadanos no nos expresamos libremente ni protestamos ante las injusticias y muy poco o nada, ante estas diferencias y discriminaciones. Es hora de que protestemos y exijamos que se cumpla aquello a lo que se comprometen las empresas y los servidores públicos.

La exigencia para ser tratados con respeto e igualdad es una muestra de civismo. Pero este derecho lleva implícito el cumplimiento de nuestras obligaciones. Así pues no pagar los impuestos al erario público, representa una profunda falta de respeto hacia aquellos que cumplen con la ley y sus obligaciones, pues todos estamos obligados a cumplir con nuestros compromisos y al mismo tiempo exigir que nos satisfagan con lo básico en las necesidades de la sociedad.

Hay otro sentido de la palabra, civismo, algo más sutil que nos parece fundamental: civismo implica: la cultura pública de convivencia por la que se rige, o debería regirse, una determinada sociedad. Según este significado el civismo está formado por un conjunto de procederes de interacción humana sin los cuales la convivencia es difícil o imposible. Son normas emparentadas de algún modo con lo que entendemos por educación social o protocolo, el civismo es un bien compartido o a compartir por todo el pueblo, ése es su atributo esencial. Pero el civismo -he aquí una afirmación que consideramos fundamental para nuestro argumento a lo largo de todas estas observaciones- no es sólo un conjunto de normas o modos de proceder --es decir, no es solamente procedimental- sino que incluye también un contenido moral: expresa unos determinados valores morales y unas creencias acerca de la sociabilidad humana, que iremos explorando poco a poco, a través de estos sencillos comentarios.

Por eso decimos que es una cultura, y no únicamente un conjunto de modales o buenas maneras sin contenido. El doble significado de la palabra civismo tiene una feliz coincidencia con la palabra ciudadanía. La ciudadanía es, por un lado, el conjunto de mujeres y hombres libres e iguales ante la ley que forman una comunidad política. Y por otro, es también la condición que cada uno de nosotros posee de ser miembro de esa comunidad: es un atributo que nos confiere el derecho
al voto, el de presentarnos a elecciones y ser votados, el derecho a recibir subsidios y pensiones o atención médica (si así está previsto por la ley), el de que nuestros hijos acudan a la escuela pública, y así sucesivamente.

Recordemos pues que vivir en sociedad implica un compromiso y unos derechos, por ejemplo, en estos próximos días tenemos que reflexionar en la orientación que le daremos nuestro voto, hagámoslo de manera consciente y reflexiva. Ojala realicemos este ejercicio ciudadano con toda nuestra voluntad y siendo conscientes de quienes recibirán nuestro voto.
Mucha gracias hasta aquí mi comentario y hasta la próxima.
(comentario en Radio Acir en el programa ASi Sucede, en la primera emisión de la mañana, el 2 de Junio de 2009 por el cuadrante de A.M. 1130.)